HISTORIA DEL

Cocodrilo de San Diego
Érase una vez un pequeño niño… (El menor de un total de 11 hermanos) que día a día veía cómo sus hermanos mayores trabajaban para ganarle a la vida, creando y vendiendo productos artesanales como panes, empanadas, berlines y otros… los que a diario salían a vender para forjar un mejor futuro.
El hermano mayor del pequeño niño, que con el afán de forjar un mejor futuro, se había ido a Santiago a probar suerte, venía de vuelta a Concepción para reencontrarse con su familia después de algunos años, años en los cuales, los otros hermanos del pequeño, habían creado una imagen de que el hermano mayor era un Cocodrilo (a modo de broma por ser el mayor) y en la pequeña e imaginativa cabeza del pequeño niño, se lo imaginó como un Cocodrilo Panadero.
El hermano mayor llegó con una gran visión de emprendimiento y lucha para abrir una panadería que sirvió para sacar a todos adelante. Dicho Cocodrilo Panadero fue un ejemplo a seguir para sus 10 hermanos y el pequeño niño quedó con los ideales claros, sueños por cumplir y grandes metas, los que día a día y hasta el día de hoy, el pequeño niño, sigue creando para todos sus clientes.
Querido Cocodrilo, gracias a ti, horneamos sueños.